Cuenta la leyenda que en 2737 a.C el emperador y maestro chino Shennong estaba sentado bajo un árbol mientras hervía agua, cuando unas hojas cayeron en la olla. Intrigado por el color y fragancia que emergieron del agua, Shennong decidió probar la infusión. El árbol era un Camellia Sinensis y la bebida resultante fue lo que hoy llamamos té.
